En febrero de 1926, la casa «Veuve de Philippe Hüther», comerciante y fabricante de relojes, registra la marca «The Tudor» establecida en Ginebra en nombre del fundador de Rolex, Hans Wilsdorf. Más tarde, en 1936, la casa transfiere la marca a Wilsdorf. Recién terminada la Segunda Guerra Mundial, Hans Wilsdorf supo que había llegado el momento de expandirse y dotar a la marca de una identidad propia. El 6 de marzo de 1946, creó «Montres TUDOR S.A.», especializada en modelos tanto para hombre como para mujer. Rolex garantizaría las características técnicas, estéticas y funcionales, además de la distribución y el servicio postventa.
"Llevaba muchos años considerando la idea de crear relojes que nuestros distribuidores pudieran vender a un precio un poco más bajo que el de nuestros Rolex, pero alcanzando los mismos niveles de confianza por los que Rolex es reconocido en todo el mundo. Por eso decidí fundar una empresa específicamente dedicada a la fabricación y venta de estos nuevos relojes. Esta empresa se llama Montres TUDOR S.A."
- Hans Wilsdorf
Un reloj TUDOR vive, vibra, y le lleva al mundo de la micro precisión. Todos sus componentes técnicos se han puesto a prueba hasta el mínimo detalle. Hasta la obsesión. Sumérjase en el movimiento. Estética y funcionamiento tienen en cuenta los imperativos para conseguir un producto dedicado a los más exigentes, diseñado para resistir y para disfrutar. La vista se guía por la mente y por el corazón, el tiempo no debe hacer mella en esta mecánica de precisión. Materiales de excepción, resistencia y fuerza de diseño hacen de cada reloj una pieza única.
Un reloj TUDOR vive, vibra, y le lleva al mundo de la micro precisión. Todos sus componentes técnicos se han puesto a prueba hasta el mínimo detalle. Hasta la obsesión. Sumérjase en el movimiento. Estética y funcionamiento tienen en cuenta los imperativos para conseguir un producto dedicado a los más exigentes, diseñado para resistir y para disfrutar. La vista se guía por la mente y por el corazón, el tiempo no debe hacer mella en esta mecánica de precisión. Materiales de excepción, resistencia y fuerza de diseño hacen de cada reloj una pieza única.
David Beckham lleva un Black Bay Bronze, un reloj de submarinismo de 43 mm que hace referencia a la historia de la marca y equipado con el calibre de manufactura MT5601 de TUDOR. Lleva también un Black Bay Chrono, cronógrafo con certificado COSC (Control Oficial Suizo de Cronómetros), con rueda de pilares, calibre de manufactura, aprovechando el patrimonio de Tudor de buceo y del motor.
David Beckham lleva un Black Bay Bronze, un reloj de submarinismo de 43 mm que hace referencia a la historia de la marca y equipado con el calibre de manufactura MT5601 de TUDOR. Lleva también un Black Bay Chrono, cronógrafo con certificado COSC (Control Oficial Suizo de Cronómetros), con rueda de pilares, calibre de manufactura, aprovechando el patrimonio de Tudor de buceo y del motor.
TUDOR ha publicado un cortometraje para ejemplificar el espíritu atrevido e innovador de Jay Chou, donde conduce sin temor un coche deportivo en una histórica pista de carreras ovalada en Montlhéry (Francia), divagando a través del tiempo. El cortometraje se inspira en los mundos mágicos creados por Jay Chou para sus obras y en las historias cinematográficas de viajes en el tiempo de los años ochenta. De esta forma, resalta la influencia de las figuras emblemáticas del pasado sobre la creatividad de hoy en día en relojería, música y otras formas artísticas. Los mayores admiradores de Chou reconocerán a su vez el homenaje a una de sus primeras películas donde interpretó a un aficionado de los automóviles.